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Y también los conflictos sin fin, propios de personas con la mente embotada, de personas que están lejos de la verdad y piensan que la religión es un negocio.

Contra el afán de riquezas

Y ciertamente la religión es un magnífico negocio cuando uno se contenta con lo que tiene. Porque nada trajimos al mundo y nada podremos llevarnos de él.

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